Toni Barbarà desde su doble perspectiva de médico internista y luchador por la defensa de la sanidad pública nos deja en su bloc sus reflexiones entorno a los errores y horrores del tratamiento del ébola en España. .
El Ébola se desarrolla en un caldo de cultivo social caracterizado por la incompetencia, la estulticia, la improvisación, la propaganda. Y todo ello al servicio del neoliberalismo y la preminencia de intereses económicos y políticos.
Negarán lo evidente y es que este desastre es patético y vergonzante si no fuera además mortífero. Negarán que para que tanto error y horror puedan campar y reproducirse, hace falta, algo más que mala suerte. Hace falta crear las condiciones para la debacle: recortes presupuestarios, cierres de servicios, cierre de camas, despidos de trabajadores, coRepagos y exclusiones de asistencia, desmantelamiento de lo público, derivación parasitaria a lo privado, prioridad de lo economicista, lucrativo y mercantil…desprecio del rigor científico y profesional, abandono de la preminencia de los servicios públicos, del bienestar y la dignidad de la población, de la debida atención universal de los derechos humanos de todo tipo… Y negarán que todo eso se ha conjugado, por enésima vez, en el caso que nos ocupa. El virus Ébola, y todo virus, bacteria o “bichito”, al decir de aquel otro ministro de la derechona hispana, campan a sus anchas ante tanta negligencia culpable.
Errores y horrores
De lo anterior, verdadero núcleo del problema, que como tantas veces tiene una causalidad no médica y sí determinada por lo social y lo político (causa de las causas), se desprende que la cadena de errores ha sido necesidad y condición para llegar al actual estadio del problema…no cerrado, ni mucho menos. Al tiempo.
Una de las evidencias más lamentables es que la ciudadanía, incluida la más acrítica, autoincupada y resignada, ha llegado a la conclusión de que no estamos en buenas manos. Ha perdido aquella confianza (que no fe) en las “administraciones”, el “gobierno” al decir de la calle.
No es fácil digerir una rueda de prensa como la ofrecida en la tarde del lunes por la Ministra Mato y sus responsables… Pasará sin duda a la antología de la improvisación, la teatralización, el panfleto y la generación de toneladas de incredulidad mediática en tan poco espacio de tiempo. Por no entrar ya en el lenguaje y las “noticias” verbales emitidas, y analizadas urbi y orbi como un despropósito flagrante, quiero hacer notar el lenguaje gestual de la mesa con la Mato al frente: tics, balbuceos, miradas errantes, sudores, papeles y papelitos, expresiones de susto y pánico escénico, sequedad de mucosas, … Una escenificación grotesca del desastre, desconocimiento, desconcierto, descaro, desfachatez, despropósito… “Todos los protocolos son perfectos y avalados, todo se ha hecho como se debía, …nada ha fallado… pero algo que no sabemos debe haber fallado” …Y ¿cómo pues? siendo así, se habrá colado ese filamento-plastilina del Ébola en nuestra propia casa? Preguntaba un periodista en una muestra de lucidez tan ejemplarizante como ausente en la mesa.
En tiempos se hubiera echado mano de la conspiración judeo-masónica y el contubernio marxista internacional… Ahora es un poco más difícil (aunque no tanto como podría pensarse) y seguro que acabaran atribuyendo el desaguisado a las propias víctimas: error humano se llama esa técnica. La enfermera, en estado crítico, será criticada porque dirán no siguió las normas.
Las cosas mal hechas, se pagan siempre.
Algo que está perfectamente demostrado por la historia es que en salud pública, en experiencias de riesgos biológicos, de epidemias, pandemias, o se hacen las cosas bien desde el principio o cada error sucesivo, aumentado y provocado aboca a otro error mayor y más grave y así consecutivamente y en progresión piramidal. Cada hora que pasa más afectación en número y más descontrol en las actuaciones. Como reacción cívica y saludable al “todo controlado oficial” cada día más estupefactos y con más miedo.
Y en este caso la mala praxis se inicia con mismo inicio del suceso. Hace semanas escribí unas líneas coincidiendo con la eclosión de la noticia en pleno agosto… Los elementos que allí traté se confirman, por desgracia. Ahora esta pesadilla ya no es solo cosa de negros en África, sino de blancos en España.
http://bloclaratera.wordpress.com/2014/08/07/ebola-otra-epidemia-de-miseria-et-voila/
Han pasado los días gloriosos de las imágenes de impacto con aviones al rescate de nuestros misioneros en África, de la exhibición de prepotencia imprudente y la soberbia de las repatriaciones suicidas, de los despliegues de publicidad con personal en vestimenta de película ficción, de los entierros multitudinarios y las proclamas de suficiencia, de la propaganda y presunción de lo que se carece.
No alargo estas líneas con la letanía de errores que la prensa y los medias van aportando cada día. De mal en peor. De la falta de criterios a la falta de instalaciones, de medios y de formación –preparación de los trabajadores sanitarios, todos ellos “recortados”. De la improvisación a la negativa a reaccionar ante la reiterada llamada de atención de la enferma contagiada, de la actitud refractaria a activar la emergencia y el tratamiento debido, incluido el aislamiento, control y adecuación de atenciones. Tuvo que ser la propia enferma quien anunciase a su llegada al Hospital de zona (no competente al caso) que lamentaba llevar a sus compañer@s un verdadero problema al haberse infectado de Ébola…
Increíble leer sin un espasmo la deificación de los “protocolos” como garantías científicas de buena praxis. Los dichos protocolos resultan un compendio de normativas básicas de acción en cada caso y estadio, siempre sujetos a error, a adecuación, consulta, rectificación y mejora gracias a la intervención humana y profesional. Descartar como signo de alerta una fiebre de 38’5 grados porque la frontera está protocolizada en 38’6 º es sencillamente estúpido y culpable. Si nadie de estas autoridades es capaz de discriminar entre una febrícula/astenia/ de cualquier virasis o cuadro catarral de una fiebre persistente en una persona “Que Acaba de Atender a un Enfermo de Ébola, fallecido” es que nos creen a todos locos o imbéciles.
Pretender eximir responsabilidades tan ciertas como evidentes aludiendo a la bondad de los protocolos y a una preparación específica que ha sido desmentida y ridiculizada por los propios trabajadores (recuerden que los primero y más severamente afectados y/o interesados) es otra mentira y otra sandez que no va a colar ni con la mayor de las credulidades.
El tema es grave, pero no es serio, porque este País/Estado no lo es. Porque de esta chapuza nacional no pueden ni deben escaparse gobiernos autonómicos y nacionales igualmente neoliberales, economicistas, recortadores y austericidas.
Para concluir. Se pide la dimisión inmediata (o mediata por quienes aspiran a cocer el marrón en toda su salsa) de la Sra. Ministra-Mato y su equipo de (i)rresponsables. Pero eso es ignorar que la palabra “dimisión” no entra en el vocabulario ni los circuitos neuronales de este personal. No se van ni a golpe de plastilina…
Simplemente, se trata de ECHARLOS !
Tarea de Salud pública de urgente aplicación: sacar de sus poltronas a esta cohorte de inútiles, chulescos, desalmados y peligrosísimos administradores impúdicos, impunes de lo público.
Y desde ya permitir a los magníficos profesionales y trabajadores/as de la sanidad y la salud españolas hacer su trabajo de forma digna, segura, suficientemente dotado y financiado, con criterios de servicio público, universal, de calidad, equitativo, integral y solidario.
SALUD ¡!!
Fuente: La Ratera .Increible: en plena crisis del ébola el PP publica la adjudicación para desmantelar el Carlos III
Con la chulería que les caracteriza, en plena crisis del ébola, provocada por ellos mismos, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid prosigue su plan de desmantelamiento y privatización de la sanidad, publicando hoy mismo en el Boletín Oficial, la formalización del contrato de obras para acabar de desmantelar el centro de referencia estatal para enfermedades infecciosas (Carlos III), y convertirlo en un centro para pacientes crónicos (media/larga estancia), adjudicándoselo a la empresa “Copcisa, Sociedad Anónima” por 1,2 millones de €.
También hoy mismo, en Consejo de Gobierno, el PP ha continuado repartiendo a espuertas dinero público a empresas privadas, en lugar de dedicar esos fondos por ejemplo a comprar trajes de seguridad nivel 4 para los centros sanitarios, o por ejemplo, robots para realizar las tareas de limpieza y desinfección como ocurre en otros países de nuestro entorno, que solo cuestan 100.000 € cada uno (en EEUU más de 250 hospitales disponen de ellos, en el estado español ninguno):
- Un millón de € para mamografías en centros privados.
- 16,6 millones de € para “evolución y desarrollo de aplicaciones y análisis de datos sanitarios (MEDAS).
- Casi 11 millones de € para la “modificación nº 4 del contrato de gestión de servicio público del nuevo hospital privado de Villalba”.