Queremos recomendar hoy cuatro textos que nos parecen de gran ayuda para entender lo que se reduce, interesadamente, a la «crisis del ébola» cuando detrás de la misma se oculta la realidad de Africa, los graves fallos de una «mundialización» que deja atrás, condenadas a los riesgos más severos, a millones de personas, y que pone también en la picota la política de desmantelamiento de la sanidad pública en España.
Algunos de estos textos ya fueron publicitados desde Dempeus, pero si van ustedes a La Ratera del secretario de Dempeus, Antoni Barbarà, encontrarán en un solo link el magnífico texto del periodista Ramón Lobo comentado e introducido por Barbarà. En una visión global que no olvida los motivos de fondo de la llegada de pateras, recomendamos la «Canción triste de todos los veranos», cuyo autor, Javier de Lucas, termina su texto diciendo:
«Escribo también bajo el impacto de la muerte del religioso Miguel Pajares, víctima del virus Ébola que contrajo intentando ayudar a los más desfavorecidos, a los enfermos en Liberia a los que apenas podían tratar más que con medidas higiénicas elementales y analgésicos. Su muerte se une a la de otros cooperantes y a las más de mil víctimas en Sierra Leona, Liberia, Guinea Conakry y ahora Nigeria. Pero el Ébola no mata más que la malaria. El Ébola no mata más que la contaminación del delta del Niger por barcos y chatarra que dejan allí empresas transnacionales. Ni mata más que la hambruna que asola Eritrea o Sudán del Sur. Eso sí, nosotros en lugar de mirar esas realidades, seguimos con la nariz en la valla y las balsas.»
Y desde Madrid, nuestros compañeros y compañeras de la MEDSAP, cómplices, lúcidos y solidarios, han hecho el siguiente Comunicado que nos parece especialmente oportuno y ayudamos a difundir:
ANTE EL ÉBOLA, UNA MEDIÁTICA PERFORMANCE POLÍTICA. COMUNICADO DE LA MEDSAP
El pasado siete de agosto, el religioso Miguel Pajares de la Orden de San Juan de Dios, infectado con el virus Ébola, llegaba a Madrid acompañado por la misionera Juliana Bohi (no infectada), y desgraciadamente fallecía en el día de hoy.
Desde la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) fueron trasladados al Hospital Carlos III, donde se ha recibido ya el medicamento ZMappTm de la farmacéutica canadiense Tekmira Pharmaceutical Corp. que trabaja en colaboración con la estadounidense Mapp Biopharmaceutical Inc. Este medicamento está aún en fase inicial de investigación y se ha utilizado en humanos por primera vez con los dos repatriados norteamericanos también afectados también por el virus Ébola. Estos hechos han tenido un extraordinario eco mediático pero tiene numerosas lecturas.
EL HOSPITAL CARLOS III
Desde el año 1986, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) funcionaba como Centro especial de Investigación y Docencia sanitaria, integrando en 1990 hospitales que atesoraban conocimiento, experiencia e investigación: el Hospital del Rey, con gran trayectoria en el tratamiento de enfermedades infecciosas, el Hospital Infante D. Felipe especializado en pediatría y el Hospital Victoria Eugenia, especializado en enfermedades cardio-pulmonares, dando así lugar al Hospital Carlos III.
Dicho hospital se convirtió en una referencia autonómica, nacional e internacional para la investigación y el tratamiento de enfermedades infecciosas y tropicales y para solventar situaciones sanitarias de gravedad: epidemias, pandemias o sospechas de enfermedades altamente infecto-contagiosas.
Sus profesionales contaban con una cualificación profesional para atajar, actuar y prevenir ante cualquier contingencia de este tipo. Su situación, en un barrio de Madrid relativamente aislado y su pequeño tamaño permitía un aislamiento total, en caso de necesidad.
En el año 2013, mediante la Orden 1017/2013 la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid transformó el Hospital Carlos III en un hospital de media estancia para atender a pacientes derivados de otros hospitales públicos de la Comunidad, y lo adscribió orgánica y funcionalmente al Hospital Universitario La Paz.
Se cerró la planta de urgencias, manteniendo, eso sí, las consultas externas de Medicina Tropical y las unidades de investigación, según reza actualmente la página web del hospital. Esta conversión se hizo a pesar de las protestas ciudadanas y profesionales, no solo del personal sanitario adscrito al Hospital sino de numerosas organizaciones como la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional y ONGs.
Desde la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (MEDSAP) también denunciamos su desmantelamiento, consecuencia de la mala gestión política de la sanidad pública en la Comunidad de Madrid.
MAREA BLANCA
El domingo 17 de noviembre 2013, se convocó una Marea Blanca en defensa del Hospital Carlos III con esta pregunta:
¿Dónde se ingresarán a los enfermos en caso de epidemia?
Nueve meses después, el gobierno de Rajoy accede a la petición de repatriación hecha por la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, a la que pertenecen los dos religiosos repatriados, decisión presentada en muchos medios como un acto de heroicidad y generosidad.
Mientras, diferentes organizaciones de profesionales sanitarios aseguran que ningún hospital está preparado para atender a pacientes así, tras el desmantelamiento del Hospital Carlos III. Aquel domingo, la MEDSAP denunciaba, con la Marea Blanca, el descabellado desmantelamiento del Hospital Carlos III, altamente especializado en enfermedades infecciosas, fundamental en el ámbito de la salud madrileña y del resto del Estado, y referente, insistimos, a nivel internacional.
Teníamos claro que, una vez más, la política del gobierno era improvisada, ineficaz y que algún día nos iba a costar enormes perjuicios irreparables puesto que si era desmantelado, no tendríamos ninguna forma de afrontar una posible epidemia de las características que hoy denuncia la propia Organización Mundial de la Salud.
JUEGO POLÍTICO
Tras desmantelar el Hospital Carlos III, ahora se nos está diciendo que estamos equipados para hacer frente a una situación de emergencia como atender a un paciente afectado del virus Ébola.
¿Pero no iba a ser el Carlos III un hospital para atender a pacientes de media estancia?
¿Qué se pretende contarnos ahora, con este despliegue mediático y esta repatriación?
De repente, se reabre la sexta planta del Hospital Carlos III que cuenta con habitáculos de “presión negativa”, que impide la salida de aire del exterior, junto a medidas y equipos de aislamiento. Planta que lleva seis meses cerrada.
De repente, se evacuan al Hospital La Paz los pacientes de las plantas tercera y cuarta del Hospital Carlos III. Al Hospital La Paz cuyo servicio de urgencia está colapsado debido a la falta de personal y al cierre de camas en verano.
Así que tras tomar una decisión hace apenas ocho meses, ahora se está diciendo a la población, mediante todo este ruido mediático, que sí tenemos un “gran hospital” para atender a casos así. ¡¡Mentira!! El Hospital Carlos III ya no está en condiciones para atender una urgencia frente a una epidemia.
DESMANTELAMIENTO DE LA SANIDAD PÚBLICA
Mientras tanto, desde la publicación del Real Decreto-Ley 16/2012 y de los sucesivos decretos de la Comunidad de Madrid, el sistema sanitario español y madrileño en particular están sufriendo graves ataques:
Los inmigrantes no regularizados y los ciudadanos que no cotizan (caso de los religiosos, por ejemplo), los ciudadanos españoles que salen al extranjero y permanecen allí más de 90 días – o sea muchos de nuestros jóvenes en busca de empleo – han perdido ya su derecho a la tarjeta sanitaria.
Miles de enfermos crónicos, como los afectados de hepatitis C o de determinado cáncer, tienen que pagarse los costosos medicamentos – y por ello muchos han dejado de medicarse con el consiguiente riesgo no solo para ellos mismos sino para la salud pública, en el caso de enfermedades contagiosas (tuberculosis, por ejemplo) – etc.
Mientras tanto, hay largas listas de espera y colas en los pasillos de urgencia de nuestros hospitales, escasez de personal, contratos de 24 horas, privatización de servicios como el Instituto de Cardiología, supresión de la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, etc.
Por todo ello sigue siendo válida la denuncia que hizo la MEDSAP de la privatización de la sanidad pública y la pérdida de derechos de los ciudadanos.
¿Qué tiene que pasar para que nuestros gobernantes – nacionales y autonómicos – atiendan las razones de miles de profesionales y ciudadanos que exigen un cambio radical en estas políticas manifiestamente contrarias a nuestros intereses, a los derechos humanos y al propio sentido común? Políticos y gobernantes de talante cínico y autoritario que improvisan, gestionan mal y se contradicen al hilo de la casuística del momento.
Frente a sus optimistas manifestaciones triunfalistas, la realidad es que la unidad de urgencia del Hospital Carlos III ha tenido que ser repuesta a toda velocidad para acoger a estos dos religiosos, ciudadanos españoles pero que dejan atrás miembros de su equipo, no españoles pero de la misma orden de San Juan de Dios, también infectados por el virus.
La repatriación se ha presentado como un hecho derivado de la dinámica habitual pero no es cierto: se ha forzado la máquina para readaptar un hospital desmantelado hace unos meses y restaurarlo en sus funciones.
AYUDA HUMANITARIA
Ante el alegato sobre cuestiones humanitarias, ésas que nosotros denominamos Derechos Humanos, existe una gran contradicción, salvo que el Ministerio de Sanidad y la Consejería de Sanidad acepten que existen diferentes clases de personas.
Por un lado, en nuestro país se niega diariamente la atención sanitaria a numerosos colectivos. Por otro, se abandona a su suerte a miembros de la ONG Juan Ciudad perteneciente a la congregación religiosa de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, que gestiona el hospital San José de Monrovia (Liberia) y que también están infectados con el virus.
El virus Ébola no ha surgido en el mes de agosto 2014. Curiosamente, la Organización Mundial de la Salud decreta emergencia internacional cuando ya hay víctimas del primer mundo (EE.UU., España). ¿Qué se está haciendo para socorrer a miles de seres humanos en África?
Hoy más que nunca reivindicamos una sanidad universal y de calidad, frente a la política neoliberal que favorece a empresas privadas, crea desigualdades y agravios comparativos.
¿De qué carácter humanitario hablamos? ¿Sí para unos y NO para los demás?
¿Qué harían, señores del gobierno nacional y autonómico, ante una catástrofe como la de Filipinas, con una epidemia de cólera?
Hoy ya lo sabemos.
Improvisar con gestiones cortoplacistas a las que se unen una absurda intoxicación informativa con uso fraudulento para rentabilidad política.
Mantener un agravio comparativo sin precedentes que además demuestra su falta de capacidad para gobernar y que ponen de nuevo en evidencia la fuerza de los lobbies religiosos y empresariales, ¿posiblemente farmacéuticos?. Olvidar su compromiso político con las personas y los derechos humanos de todas y todos.
No nos sigan diciendo que les felicitan desde Atlanta y que les llaman desde Francia para pedirles asesoramiento para este tema puntual y tan importante del Ébola; no nos importa nada.
Ustedes han falseado la realidad y, si algo va bien, es sobre todo la dedicación del personal comprometido con el problema, así que cuando se dirijan a Ustedes desde Francia o EE.UU., facilítenles nuestro contacto para que les digamos toda la verdad: cómo han destrozado una herramienta consolidada y cualificada para atender enfermedades infecciosas de alto riesgo que pongan en peligro la salud y vida de toda la ciudadanía.
UNAS PREGUNTAS Y UN RUEGO
El 17 de noviembre pasado denunciamos el desmantelamiento del Hospital Carlos III y nos preguntábamos qué pasaría en caso de una epidemia. Hoy les preguntamos:
¿Cuánto ha costado este operativo mediático?
¿Porqué no se han utilizado estos costes en una verdadera acción solidaria en el lugar de origen para aportar soluciones que ayuden a todas las personas afectadas por el Ébola?
¿Tienen intención de reactivar el Hospital Carlos III y reincorporar a todo el personal que han sufrido sus gestiones?
Por esta y muchas otras acciones nocivas para nuestra población, nuestra salud y nuestras vidas, por sus mentiras e intereses, pedimos:
La dimisión de Javier Rodríguez, Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid; Ignacio González, Presidente de la Comunidad, y la Ministra de Sanidad Ana Mato, tan poco eficaces y costosos así como ineficaces para gestionar tan importante servicio público que están destrozando y poniendo en manos de especuladores.
Por último, la Orden Hospitalaria San Juan de Dios es una de las adjudicatarias de numerosos contratos (por millones de euros) de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid para atender desde cuidados paliativos, rehabilitación de daño cerebral, cirugía menor hasta atención psiquiátrica. Las acciones en Wall Street de Tekmira han subido el pasado viernes un 18% con una previsible subida del 47%…
¡¡HAY MOTIVOS PARA MOVILIZARSE!!
¡¡LA SANIDAD NO SE VENDE, SE DEFIENDE!!
EL HOSPITAL SERÁ CENTRO DE PEREGRINACIÓN DEL SANTO MUERTO POR EBOLA Y PASARÁ A MANOS DE LA IGLESIA. AL LOROOO!!!!