Dos artículos de Àngels Martínez recogen argumentos que sustentan estas desigualdades. El primero es sobre como En la Europa de las desigualdades, la salud de las personas inmigradas está en peligro. .
«… en el blog Activistes 2012 encuentro una entrada que refuerza los argumentos sobre el crecimiento vertiginoso de las desigualdades en Europa con la excusa de esta crisis (que es una estafa compleja si consideramos sus efectos en conjunto, o múltiples estafas, cada cual más peligrosa, si separamos sus efectos económicos de los sociales y políticos). En este caso, se trata de cómo las desigualdades en salud se manifiestan en contra de las personas inmigradas en Francia. Los autores del blog denuncian que, en la actualidad, después de treinta años de investigaciones, la salud de los inmigrantes se deteriora. Al parecer, se trata de una opinión que comparten la mayoría de estudiosos que siguen y analizan la evolución de la inmigración extranjera en Francia desde los años 70, con los responsables de las asociaciones que trabajan de forma cotidiana con las personas más pobres y observan sus crecientes dificultades para acceder a la asistencia sanitaria. Si ya a estas personas más necesitadas y en situación de mayor debilidad social, les cuesta poder acceder la atención primaria, la dificultad para ser atendidos por un especialistas es todavía mayor, por no hablar de las barreras lingüísticas, administrativas y financieras.
Nos enteramos de que el 35% de los inmigrantes extranjeros y el 20% de los ciudadanos naturalizados no se benefician de los servicios complementarios de salud, cuando sólo el 7% de los franceses quedan excluidos, mientras que la tercera parte de los beneficiarios de Aide Médical de l’État (ayuda médica del Estado) (EMA), el sistema de seguridad social específico para inmigrantes ilegales (entre 150.000 y 300.000 según las estimaciones) vieron cómo se les denegaba la asistencia.
Presentados por algunos políticos como “quienes se aprovechas de las ventajas del sistema”, las personas inmigradas se encuentran, sobre todo por motivos electorales, estigmatizadas y señaladas en un entorno que hace más explícita su exclusión, en fragrante contradicción con una aplicación racional de las políticas de salud pública. En otras palabras, y como un espejo de nuestra sociedad, si se deteriora el acceso a la atención de salud para todos, quienes salen más perjudicados son las personas más pobres, más excluidas y marginadas, y naturalmente, “extranjeras”. (…)
En la crisis actual, es difícil creer que la salud de los inmigrantes mejore pronto. El Observatoire du Droit à la Santé des Etrangers (ODSE) (Observatorio del Derecho a la Salud de los Extranjeros) acaba de publicar un comunicado de prensa denunciando la “Caisse Primaire d’Assurance Maladie” (Fondo de Seguro de Salud Primaria) de París que sacrifica los “sin-papeles”. Bajo el pretexto de una reducción de costes y racionalización de registros, la CPAM ha suspendido por 2 meses las nuevas solicitudes de ingreso en la seguridad social y concentra toda su actividad en sólo dos centros especializados para indocumentados, a los que no tiene acceso el resto de la población … Dos meses después de la introducción de estas medidas, la ODSE denuncia el estigma que significa, la parálisis de funcionamiento (colas de gente que espera ya desde la mitad de la noche, tensión cuando finalmente son atendidos, tratamiento anárquico de los informes, toda la absurdidad del sistema …), y también la delegación de gestión de la Ayuda Médica del Estado a las asociaciones. La alerta es especialmente grave cuando las necesidades de los pobres van en aumento y muchas organizaciones se encuentran en dificultades (mayor afluencia de solicitudes, recortes de financiación, renuncia del Estado a ejercer sus funciones, etc.)».
El texto está entresacado del artículo de Olivier Bernard y Pierre Salignon, con la colaboración del Dr. John Nau y la Dra. Jeanine Rochefort y la viñeta es de Remi Courgeon
En el segundo recoge los datos de Eurostat para poner de manifiesto que La pobreza en Europa afecta de manera especial a los menores.
Ha dado Eurostat las últimas cifras sobre el riesgo de pobreza o exclusión social en la UE-27, y las noticias no pueden ser más desalentadoras. En 2010, el 23% de la población estaban en riesgo de pobreza o exclusión social, pero lo más grave era el grupo de población afectada: el 27% son menores de 18 años.
En el año 2010, 115 millones de personas, el 23,4% de la población de la UE-27, estaban en riesgo de pobreza o exclusión social. Esto significa que vivían por lo menos en una de las tres condiciones siguientes:
- riesgo de la pobreza,
- en situación de precariedad (privación) grave,
- en hogares en los que las personas adultas de entre 18 a 59 años trabajaron menos del 20% del tiempo laboral potencial en el pasado año, excluyendo a los estudiantes.
Para el mismo año 2010 sigue indicando Eurostat que la mayor proporción de personas que se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social se registraron en Bulgaria (42%), Rumanía (41%), Letonia (38%), Lituania (33%) y Hungría (30%), y el riesgo más bajo se detectó en la República Checa (14%), Suecia y los Países Bajos (ambos 15%), Austria, Finlandia y Luxemburgo (todos 17%).
El otro titular de la crisis es, en cualquier caso, que el 16% de la población en toda la UE-27 está en riesgo de pobreza o exclusión social después de las transferencias sociales, lo que significa que su renta disponible fue inferior al umbral de pobreza de cada estado. Las mayores tasas se observaron en Letonia, Rumania, Bulgaria y España (todos 21%), y las menores en la República Checa (9%), Países Bajos (10%), Eslovaquia, Austria y Hungría (todos los% 12).
Como datos adicionales, el 8% de la población de la UE-27 se encuentra en situación grave de precariedad, que significa que las condiciones de vida están seriamente limitadas por la falta de recursos, como por ejemplo no poder hacer frente a los pagos, mantener la adecuada calefacción de la casa, o poder tomarse unas vacaciones de una semana fuera del hogar. La proporción de personas con estas limitaciones varía de manera significativa entre los Estados miembros, oscilando desde 1% en Luxemburgo y Suecia hasta el 35% en Bulgaria y el 31% en Rumanía.
Por lo que se refiere a las consecuencias de la escasez de trabajo, el 10% de la población de 0-59 años de la UE-27 vivían en hogares donde los adultos trabajaban menos del 20% de su potencial total de trabajo durante el año pasado. El Reino Unido y Bélgica (ambos con un 13%) tuvieron las mayores proporciones de personas que viven en hogares de muy baja intensidad de trabajo, figurando en el otro extremo Luxemburgo, Suecia y la República Checa (todos con un 6%).
El otro titular de la crisis es que los niños corren un mayor riesgo de pobreza o exclusión social que el resto de la población
En la UE-27 en 2010, el 27% de los niños menores de 18 años se vieron afectados por al menos una de las tres formas de pobreza o exclusión social, en comparación con el 23% de la población en edad de trabajar (de 18 a 64) y el 20% de ancianos (65 años o más). Los niños fueron los más afectados en 20 Estados miembros, mientras que los ancianos eran los más tocados en Bulgaria, Eslovenia, Finlandia y Suecia. En Dinamarca, fue la población en edad laboral la más afectada… (¿consecuencias de la recomendada y famosa flexycurity?)
En gráfico:
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