El Observatorio de Políticas de Salud ha dado a la luz este informe, obra conjunta de Marciano Sánchez Bayle, Elvira S. Llopis y Luis Palomo, quienes, además de considerar el copago como un impuesto sobre la enfermedad, ponen de manifiesto que, de acuerdo con los numerosos estudios analizados al respecto, la medida es incapaz de reducir la frecuentación innecesaria y que, cuando lo hace, reduce tanto la demanda necesaria como la innecesaria, con lo que se deteriora la salud de la población.
CONCLUSIONES
- El gasto sanitario público español es bajo en comparación con los países de la OCDE y la UE, tanto en porcentaje del PIB como en $ poder paritario de compra per capita, y su crecimiento es moderado.
- El gasto social es también menor que la media de la UE/OCDE.
- La presión fiscal es baja en relación con los países de nuestro nivel socio económico y se ha disminuido en los últimos años.
- No existen, por lo tanto, razones económicas que justifiquen el establecimiento de copagos.
- Es muy dudoso que haya globalmente una utilización excesiva de los servicios sanitarios en España, en todo caso la utilización elevada de consultas externas se corresponde con bajas tasas de hospitalización.
- Los ciudadanos saben lo que cuestan los servicios sanitarios, y que estos se pagan con sus impuestos. Si se desea es fácil ofrecer información sobre los costes sanitarios en paneles situados en la entrada de los centros.
- El establecimiento de sistemas de copagos nuevos conlleva costes de transacción elevados, que serán mas altos cuanto mas complejos sean los sistemas que se pretenda establecer. El coste podría incluso superar la recaudación.
- Todos los estudios realizados sobre los copagos evidencian un efecto importante y negativo sobre la equidad y la accesibilidad al sistema sanitario de las personas con menos ingresos y enfermedades crónicas.
- La crisis económica supone la existencia de un numero muy importante de personas que viven en un nivel de subsistencia y que no pueden afrontar mas gastos en la atención sanitaria; resulta por lo tanto incomprensible que se propugnen nuevos copagos en este momento.
- Existen estudios que señalan que la contención de la demanda acaba produciendo efectos indeseados sobre el sistema sanitario (más efectos adversos graves, más visitas a urgencias, más hospitalizaciones).
- Por todo ello el establecimiento de copagos seria injusto, insolidario, rompería la accesibilidad y equidad del SNS y tendría efectos muy negativos sobre la salud de la población.
es fácil acusar al copago de falta de equidad, aportaré unas observaciones al respecto:
.-falto de equidad es el hecho que el 20% de la población consuma el 80% del recurso (esto es aplicable a cada grupo por separado, pensionistas, activos, hipertensos, diabéticos, etc) en cada grupo el 20 se come el 80
.-noruega es un pais modelo por su política social (de los mejores del mundo, ¿quizás el mejor?) se cobra por las consultas con el médico de atención primaria
.-¿es copago el 40% que se paga por las recetas de activo?
.-¿es equidad que un paciente con la pensión máxima y rentas de capital disfrute de medicinas gratis y un activo con salario mínimo interprofesional pague el 40%?
.-¿es equidad que un paciente con queratocono que le ocasiona una pérdida de visión de más del 70% (ceguera en la práctica) tenga que pagar más de 1.000€ anuales para su tratamiento (esto es copago, creo), y que otro «paciente» pueda consultar incluso cinco veces por un proceso banal de catarro sin fiebre, esi sí, totalmente gratis?
.- todos pagamos impuestos, pero el pan hay que pagarlo aparte, y además gravado con iva
.- a lo mejor lo que hay que hacer es un catálogo de prestaciones
el tema es complejo, pero es fácil banalizarlo por periodistas, políticos, por sindicalistas, pacientes hiperfrecuentadores y sanitarios que no pasan consulta o pasan consulta con límite de citas (agenda cerrada), etc, etc