Traducción de la editorial de la revista The Lancet Neurology, Volume 10, Issue 9, Page 773, September 2011
Los resultados de los Grandes Retos Mundiales en el estudio de la Salud Mental, publicado en julio, centra su atención en los obstáculos, los grandes retos, para reducir del impacto devastador de los trastornos neurológicos, psiquiátricos y trastornos por abuso de sustancias. La iniciativa, liderada por losInstitutos Nacionales de Salud de EEUU y la Alianza Global para las Enfermedades Crónicas, pretende situar a los trastornos psiquiátricos y neurológicos en el centro de los esfuerzos mundiales de los científicos y de la salud pública.
El análisis en curso de la OMS sobre la carga global de la enfermedad ha puesto de manifiesto la enorme carga para la salud planteada por los trastornos neurológicos y psiquiátricos, que representan más del 13% de la carga mundial de la enfermedad. Esa cifra se espera que aumente drásticamente en las próximas décadas. Esta nueva iniciativa ha identificado las prioridades para la investigación que podría, dentro de los próximos 10 años, mejorar en gran medida la vida de las personas en situación de riesgo o que viven con trastornos neurológicos. El estudio se diferencia de anteriores ejercicios de establecimiento de prioridades en que su alcance es global y abarca todas las condiciones del sistema nervioso que son las principales causas de la carga de la enfermedad, excepto las de etiología vascular o infecciosa. Demencia, epilepsia, migraña, enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y todas las de su competencia. Al igual que el Programa de Acción del Gap en Salud Mental de la OMS, que cubre la epilepsia y la demencia, el ejercicio hace hincapié en la necesidad de brindar el liderazgo a los trastornos de salud que afectan al cerebro, dentro de un programa de acción coherente.
Los primeros 40 grandes desafíos, seleccionados de una lista más larga de las barreras a la salud, fueron identificados mediante una adaptación del método Delphi, en la que más de 400 expertos de una amplia variedad de disciplinas fueron encuestados en repetidas ocasiones y dieron un controlado feedback para construir un consenso. A los Delphi panelistas de Delphi se les pidió que puntuaran estas 40 áreas prioritarias en estascuatro dimensiones: reducción de la carga de enfermedad, reducción de las desigualdades en términos de salud o atención a la salud, la inmediatez del impacto y la viabilidad, para determinar con exactitud los cinco primeros grandes desafíos. Cuatro de estas cinco prioridades de investigación se encuentran dentro del objetivo de «mejorar los tratamientos y ampliar el acceso a la atención», que debería servir como un objetivo inmediato de los esfuerzos para enfrentar la carga de la enfermedad neurológica. En la actualidad, la brecha de tratamiento para los trastornos neurológicos es muy amplia en muchas partes del mundo. Hay pocas intervenciones eficaces y seguras para estos trastornos, y los pacientes a menudo no tienen acceso a los tratamientos que existen. En aproximadamente una cuarta parte de países de bajos ingresos, por ejemplo, no se dispone de fármacos antiepilépticos en la atención primaria.
Los 25 primeros grandes desafíos llaman la atención sobre una serie de prioridades de investigación. Entre los principales objetivos de estos retos están la identificación de las causas, los factores de riesgo y de protección, el fomento de la capacidad de recursos humanos, y la transformación de los sistemas de salud y las respuestas políticas. La identificación factores de riesgo modificables tanto sociales como biológicos, uno de estos 25 desafíos, será un instrumento importante para reducir la prevalencia de los trastornos neurológicos en todo el mundo. Tener la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, ya afecta a más de 30 millones de personas en todo el mundo, en una reseña publicada en este mismo ejemplar, Deborah Barnes y Kristine Yaffe estiman que una reducción de entre un 10-25% en varios factores de riesgo sospechosos, incluyendo la inactividad física, fumar, y un nivel educativo bajo, podría haber impedido hasta 3 millones de casos de la enfermedad.
Aunque los trastornos neurológicos y accidentes cerebrovascular con una causa infecciosa han sido cubiertos en parte por iniciativas anteriores de los Grandes Retos,- en aquellos de salud global y las enfermedades crónicas no transmisibles- es una lástima que estos importantes temas de la salud neurológica se omitieran en el último estudio. Se tuvo cuidado en incluir neurólogos en el consejo asesor científico y uno de los participantes en Delphi, pero algunos lectores podrían pensar que han llegado a la lista final más prioridades psiquiátricas que neurológicas. E inevitablemente algunas cuestiones, entre ellas la discapacidad y la importancia del papel de los programas de discapacidad basado en la comunidad en áreas de escasos recursos, no se encuentran en el informe. Sin embargo, una gran ventaja de la agrupación de trastornos neurológicos y psiquiátricos es en la promoción de las interacciones entre estos campos tradicionalmente separados. La iniciativa también debería ayudar a romper las barreras entre las neurociencias y disciplinas de la salud pública.
Esta iniciativa de Grandes Retos espera atraer a una amplia gama de investigadores y proveedores de fondos dedicados a apoyar las prioridades de investigación, con el objetivo final de reducir su carga y la eliminación de las desigualdades en salud dentro y entre países. Incluso los pequeños avances en la lucha contra estos grandes desafíos podrían tener un impacto sustancial en la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores, pero es necesaria una acción urgente y colectiva si se quieren notar los beneficios en la próxima década.