Acaba una semana en Grecia en la que las distintas movilizaciones por una sanidad pública, al alcance de todas las personas, han implicado al personal sanitario en acciones de gran valor simbólico, y sin dudarlo, también terapéutico. El imposible ajuste que esos «mercados» tan enemigos de la salud pública han impuesto a Grecia –y que se sigue por Irlanda, Portugal, Reino Unido, España, hasta no dejar ni un sólo centímetro del planeta libre de su avaricia– ha desencadenado en una crisis humanitaria que no podía dejar indiferentes a quienes han seguido su vocación y dedican su tiempo y sus conocimientos al ejercicio de la medicina y a los cuidados de las personas enfermas. Y el personal sanitario ha reaccionado en el mejor sentido, haciendo frente a la resignación y al miedo, oponiéndose al cobro de copagos y demás impuestos injustos a la enfermedad e invitando a las dosis -siempre justas y terapéuticas- de ejercicio de los derechos de ciudadanía.
Vayamos tomando nota, vayamos aprendiendo.
Grecia, sanidad: Una semana de invitación a la desobediencia masiva (Elefcerotipía)
El personal sanitario de varios hospitales del país ocupo las oficinas de hospitales para bloquear el cobro de dinero a los ciudadanos
«Queridos pacientes», gritaban ayer por la mañana los altavoces fuera de la sala de urgencias del Hospital General de Níkea. Allí, como en muchos otros hospitales públicos del país, el personal sanitario invitaba a los pacientes a no pagar la tarifa de 3 euros, ni las pruebas a las que se sometiesen.
Ayer, primer día de la semana de pruebas gratuitas en la mayoría de los hospitales, había colas. Se trata de la semana de acceso libre y gratuito a todos los servicios del Sistema Nacional de Salud que la Federación de Médicos de Hospital (OENGE) ha declarado desde el 22 hasta el 28 de noviembre.
La economía griega está enferma y requiere inyecciones de liquidez. Pero no por parte de los pacientes “que ya pagan muchas veces el sistema de salud a través de sus impuestos, a través de recortes en sus salarios y a través de las mutuas de seguros. No es necesario pagar otra vez en el momento de una urgencia, en la hora de la necesidad, en las oficinas los hospitales”, gritaban los médicos a través de altavoces.
Por otra parte, el personal sanitario de varios hospitales del país llevó adelante una ocupación simbólica de las oficinas de hospitales para bloquear el cobro de dinero a los ciudadanos.
«El Sr. Loverdos (ministro de Sanidad) pide en este momento que miremos al bolsillo del hombre y no al cuerpo que está enfermo», dice Olga Kosmopoulou, médico especialista en Enfermedades Infecciosas del Hospital de Níkea, miembro de la secretaría ejecutiva de la OENGE.
«Desde el momento en que el Estado decide privar al pueblo de su derecho al acceso gratuito, nosotros, como médicos internos, estamos obligados por nuestro compromiso con el código de deontología médica a movilizarnos. De hecho esta semana es una invitación a la desobediencia masiva», dice, y sigue invitando por el altavoz a los ciudadanos a apoyar y a luchar por su derecho a un tratamiento gratuito, haciendo hincapié en que esta movilización «no es una aportación filantrópica. Es la defensa de derechos. «
«Crisis humanitaria»
El presidente de la OENGE, D. Varnavas, dice que «la crisis financiera ha comenzado a adquirir rasgos de crisis humanitaria. Los médicos internos no podemos permanecer indiferentes ante la grave situación creada. La semana de acceso libre es el primer paso de nuestra respuesta e invitamos a organizaciones y ciudadanos a que colaboren con nosotros por un sistema de salud pública, gratuito, de calidad y accesible a todas las personas del país.
Noticia vista en CAS Madrid el 24 de noviembre.
Extractada por Juan Merino para CAS