Interesante video de una organización australiana, Doctors for the Environment Australia, sobre cómo afecta el calentamiento global a la salud de las personas. Aunque está en inglés se entiende perfectamente.
Visto en el blog de Miguel Jara: Tras Copenhagen ¿acuerdo político o tratado legalmente vinculante?. Existen serias dudas sobre la predisposición de los políticos para llegar a compromisos vinculantes sobre la reducción de emisiones de CO2 y demás medidas para reducir el calentamiento glogal a niveles aceptables.
Hoy también se ha emitido un editorial conjunto de 56 periódicos de 45 países Frente a una grave emergencia para pedir a los gobiernos que tomen las decisiones adecuadas, Pero no somos muy optimistas al respecto. En el siguiente artículo de El Periódico vale la pena fijarse en el gráfico de las emisiones de CO2 por país y por habitante/país, para darse cuenta de donde está el mayor problema y también el mayor escollo.
Los países ricos van a la cumbre del clima con ofertas insuficientes
- Las ayudas económicas y los compromisos a largo plazo de EEUU serán determinantes
- Solo la UE, Noruega y Suiza ofrecen bajar su CO2 al nivel recomendado por los científicos
(para ver el gráfico en PDF clicar aquí)

BARCELONA
Los países industrializados y las potencias emergentes han anunciado en los últimos meses planes para limitar sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), pero la realidad es que ni en el mejor de los casos se llegaría a los niveles aconsejados por la ciencia. La cumbre del clima de Copenhague se inaugura hoy con la evidencia de que hace falta un mayor esfuerzo.
Lo único claro por ahora es que las negociaciones para sustituir el protocolo de Kioto, cuya vigencia expira en el 2012, no podrán concluir en Copenhague y será necesaria otra tanda de reuniones a lo largo del 2010. Sin embargo, eso no significa que la cita danesa sea un fracaso anunciado. Todo lo contrario. Los delegados confían en lograr un acuerdo político que fije metas concretas con el CO2, aunque sea a más años vista, y un calendario para firmarlo en breve. Dos aspectos serán claves para el éxito: las ayudas económicas para los países en desarrollo y la ofertas de EEUU, que se ha sumado al consenso internacional hace apenas 11 meses, tras la llegada de Obama a la Casa Blanca.
Para evitar que la temperatura ascienda hasta niveles peligrosos, hasta dos grados con respecto a 1800, el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), dependiente de la ONU, sostiene que en la atmósfera debería haber un máximo de 450 partes por cada millón (ppm) de CO2. Ahora hay 390 ppm. Teniendo en cuenta que la temperatura ya ha subido siete décimas y que la inercia actual del clima garantiza cinco décimas más, es obligado actuar con rapidez y contundencia. Concretamente, el IPCC calcula que los países ricos, que son los grandes responsables, deberían reducir sus emisiones entre un 25% y un 40% en el 2020 con respecto a los niveles que había en 1990. A más largo plazo, hacia el 2050, la reducción debería llegar al 50%. En cuanto a China, la India, Brasil y otros emergentes, deberían contener su ritmo de crecimiento en un porcentaje no cuantificado, pero notable. Así se llegaría a un máximo de 450 ppm y, a partir de entonces, la temperatura empezaría a bajar.
Ese es el objetivo, claro.
Entre los ricos, sin embargo, solo se muestran dispuestos a intentarlo la UE, que propone una reducción del –20% en el 2020 (–30% si el esfuerzo es compartido internacionalmente), y Japón (–25%), así como las pequeñas Noruega y Suiza. También están por la labor Rusia y Ucrania, aunque no tanto por un esfuerzo reductor como por la gran crisis de su industria pesada. Australia y Canadá se quedan lejos, aunque su peso demográfico es menor.
LO ALABAMOS, PERO… / «Tal como están las cosas, solo llegamos al 17% o el 18% de reducción», explica Teresa Ribera, secretaria de Estado de Cambio Climático. La razón fundamental es que la mejor oferta de EEUU, que representa el 21% de las emisiones mundiales de CO2 y el 40% si solo se cuentan los ricos, es insuficiente. Es muy ambiciosa teniendo en cuenta los años de inacción con Bush, que han llevado a un aumento del 18% con respecto a 1990, pero la limitación anunciada se limita al 4%. Lejos del 20%-30% de los europeos.
«La UE alaba el cambio de tendencia en EEUU, pero cree que puede hacerlo mejor», prosigue Ribera. Además, la última propuesta de Obama aún debe ser ratificada por el Senado, posiblemente en febrero, y la aprobación no está garantizada.
Algunas potencias en desarrollo ofrecen planes ambiciosos, pero difíciles de comparar. Brasil e Indonesia, por ejemplo, planean limitar el crecimiento de sus emisiones casi en un 40%, pero gracias a la llamada deforestación evitada, es decir, prometen detener las talas abusivas de sus selvas. China y la India ofrecen cifras confusas, vinculadas al crecimiento de su PIB y a la transferencia de tecnología desde países ricos. Piden, en esencia, que se les permita crecer de una forma más limpia. Lo mismo sucede con México, que quiere limitar sus emisiones en un 50% en el 2050, pero también con ayuda exterior.
CUADRAR EL CÍRCULO / Las negociaciones parten de dos evidencias. La primera es que, salvo sorpresa, EEUU no podrá ofrecer una reducción muy superior al 4% en el 2020. La segunda es que la comunidad internacional no puede permitirse que EEUU quede fuera del proceso, como ya sucedió en Kioto–97, porque a fin de cuentas la gran potencia es también quien debe sufragarlo en gran parte. ¿Cómo lograrlo?
Frederic Ximeno, director general de Polítiques Ambientals de la Generalitat y participante en la cumbre, cree que la única opción que la UE y los países en vías de desarrollo podrían aceptar sería un compromiso ambicioso de los estadounidenses a largo plazo –por ejemplo, una reducción de al menos el 35% en el año 2030– y una cuantiosa ayuda fi nanciera. El dinero, cómo no, lo es todo.
Fuente: El Periódico